Miro mi cuenta de Flickr o busco entre mis archivos y encuentro esas fotos viejas muchas tomadas con cámaras de 1,3 Megapíxeles, otras similares con las primeras DSLRs , un grupo de HDRs colorinches, fotos panorámicas etc… las miro con un poco de ternura pero no me enorgullece su paternidad, la tecnología que las creó es ya obsoleta, un chiste en términos de calidad y emoción.
El punto es que en comparación las fotos que tengo de la misma época o anteriores, se siguen viendo igual, con su estilo retro, su tonos suaves o contrastes dinámicos, ese grano sal y pimienta y toda la magia y estilo que las fotos clásicas pueden entregar.
Las copias en papel insultan a sus pares digitales por su belleza y elegancia, se preservan y envejecen de un modo maravilloso. Encontrar una caja de diapositivas del abuelo o de la familia y ver a todo color esas Kodachrome con esos colores y ese ambiente vibrante es como saltar en el tiempo y agarrar un poco de esa época que ya no volverá.
En aquellos primeros años de la fotografía Digital nos miraban en meno y estábamos en la vereda de los pobres, una vez me dijeron: “están bonitas las fotos esas que sacan con rollitos”. El personaje en cuestión se debe haber sentido un campeón de la fotografía digital, algo así como un piloto de fórmula uno al lado de un ciclista. Lo que no sabía el personaje es que la cámara con Rollito era una Leica M6 Titanium, y el escáner dedicado era un Konica Minolta Dual Scan IV, que costaban y cuestan al día de hoy mucho más que la Fujifilm S3 de 6 megapíxeles que hoy en día no emociona a nadie del modo que lo hacia entonces.
Las fotos que tomé con ella siguen siendo interesantes, siguen existiendo los negativos y a pesar de que escáner murió por el uso, otro mejor llegó a remplazarlo y actualizarlo.
Hoy en día estamos en la vereda del frente, el tiempo nos hizo cruzar la calle y ahora la Fotografía Clásica Análoga es para los ricos, un mal al que tenemos que adaptarnos y esperar que el auge y el interés de las nuevas generaciones puedan mantener fresco el espíritu popular de la Fotografía Clásica.
La artesanía del proceso, la sensibilidad hacia el objeto (la cámara) nos llevan más por el camino del artista que la del Técnico o operador del foto aparato. Independiente de la maestría del fotógrafo, el proceso en sí es un verdadero viaje que vale la pena disfrutar.
Leica M6 Titanium, Nokton 50/1.5 Fomapan 400, Ilfosol
Leica M6 Titanium, Nokton 50/1.5, Fomapan 200, Microphen
El punto es que en comparación las fotos que tengo de la misma época o anteriores, se siguen viendo igual, con su estilo retro, su tonos suaves o contrastes dinámicos, ese grano sal y pimienta y toda la magia y estilo que las fotos clásicas pueden entregar.
Las copias en papel insultan a sus pares digitales por su belleza y elegancia, se preservan y envejecen de un modo maravilloso. Encontrar una caja de diapositivas del abuelo o de la familia y ver a todo color esas Kodachrome con esos colores y ese ambiente vibrante es como saltar en el tiempo y agarrar un poco de esa época que ya no volverá.
En aquellos primeros años de la fotografía Digital nos miraban en meno y estábamos en la vereda de los pobres, una vez me dijeron: “están bonitas las fotos esas que sacan con rollitos”. El personaje en cuestión se debe haber sentido un campeón de la fotografía digital, algo así como un piloto de fórmula uno al lado de un ciclista. Lo que no sabía el personaje es que la cámara con Rollito era una Leica M6 Titanium, y el escáner dedicado era un Konica Minolta Dual Scan IV, que costaban y cuestan al día de hoy mucho más que la Fujifilm S3 de 6 megapíxeles que hoy en día no emociona a nadie del modo que lo hacia entonces.
Las fotos que tomé con ella siguen siendo interesantes, siguen existiendo los negativos y a pesar de que escáner murió por el uso, otro mejor llegó a remplazarlo y actualizarlo.
Hoy en día estamos en la vereda del frente, el tiempo nos hizo cruzar la calle y ahora la Fotografía Clásica Análoga es para los ricos, un mal al que tenemos que adaptarnos y esperar que el auge y el interés de las nuevas generaciones puedan mantener fresco el espíritu popular de la Fotografía Clásica.
La artesanía del proceso, la sensibilidad hacia el objeto (la cámara) nos llevan más por el camino del artista que la del Técnico o operador del foto aparato. Independiente de la maestría del fotógrafo, el proceso en sí es un verdadero viaje que vale la pena disfrutar.
Leica M6 Titanium, Nokton 50/1.5 Fomapan 400, IlfosolLeica M6 Titanium, Nokton 50/1.5, Fomapan 200, Microphen
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